La persona que padece déficit de atención se caracteriza por que: tiene dificultad para mantener la atención durante un tiempo prolongado, no presta atención a los detalles, presenta dificultades para finalizar tareas, le cuesta escuchar, seguir órdenes e instrucciones, es desorganizado en sus tareas y actividades, suele perder u olvidar objetos, se distrae con facilidad, no concluye lo que empieza, evita las actividades que requieren un nivel de atención sostenido, cambia frecuentemente de conversación.